La tasa de rebote es uno de los indicadores que los propietarios de cualquier sitio web deben controlar de cerca. Se trata de una de las estadísticas que mejor definen el comportamiento del usuario dentro de un sitio web y que, para lograr buenos resultados, es necesario reducir al máximo.
Esta es una guía completa que aborda todas las cuestiones relacionadas con la tasa de rebote. Los siguientes apartados responden preguntas muy relevantes. Te contamos, entre otras cosas, qué es exactamente esta variable, cómo calcularla y cuál es el valor aceptable. Asimismo, te damos algunos consejos prácticos para que mejores este indicador sin demasiadas complicaciones.
¿Qué es la tasa de rebote en un sitio de Internet?
Para entender qué es la tasa de rebote, antes de nada, debemos aclarar un concepto básico. ¿Qué significa que un visitante rebote en una página web? El rebote es la acción de abandonar un contenido sin realizar ni una sola interacción dentro de él. Consideramos interacción emprender acciones después de entrar al portal, como escribir un comentario, hacer clic en un enlace o acceder a la página principal. De esta manera, el rebote no tiene en cuenta el tiempo que pasa el usuario dentro del recurso solicitado, sino el comportamiento que desarrolla después de entrar.
Teniendo claro el punto anterior, debes saber que la tasa de rebote es el porcentaje de usuarios que han rebotado. Por lo tanto, se trata de una métrica indispensable para averiguar si las visitas interactúan con página o simplemente entran y se marchan sin iniciar ninguna acción. Como seguramente ya te habrás imaginado, lo ideal es que el valor que arroja el cálculo de la tasa de rebote sea lo más bajo posible.
¿Cómo puedes calcular la tasa de rebote de una página web?
Calcular la tasa de rebote es posible gracias a la siguiente fórmula:
- Usuarios que rebotan / Usuarios totales x 100
El resultado de esta ecuación es el porcentaje de rebote de una página web. Para entenderlo mejor, supón que tu sitio ha recibido la visita de 200 usuarios. Si 100 de ellos han rebotado, es decir, no han hecho clic en ningún elemento de la página, la tasa de rebote es del 50%.
Motivos por los que un usuario rebota
Hay varias razones por las que consideramos que un usuario ha rebotado. Por ejemplo, si ha hecho clic en un enlace a una página web externa, ha cerrado la pestaña o la ventana del navegador o ha regresado al anterior sitio de su historial. A estos motivos debemos sumar la introducción de una nueva URL en la barra de exploración o el cierre de la sesión por inactividad. En este último caso, cuando el usuario lleva más de 60 minutos con la página abierta sin hacer nada con ella, cualquier interacción posterior se considera una nueva sesión.
Tasa de rebote más recomendable
No existe un valor concreto de tasa de rebote que podamos recomendarte. En cierta medida, esta métrica se ve influenciada por variables como el tipo de contenido, el diseño de la página o la experiencia de usuario. Por eso, no podemos decir cuál es el porcentaje óptimo para tu sitio web. En la gran mayoría de los casos, contar con la menor tasa de rebote posible es lo más aconsejable.
Un objetivo positivo en estos casos es que tu sitio no supere el 50% de usuarios que rebotan. Eso sí, evita obsesionarte tanto con este indicador que dejes a un lado otros que son muy importantes, como el tiempo de sesión de cada usuario o el número de visitas recurrentes. En ocasiones, un usuario puede pasar 5 o 10 minutos en tu sitio y rebotar porque no ha hecho clic en ningún enlace. No obstante, el hecho de que haya quedado atrapado durante un largo periodo de tiempo significa que el contenido le ha resultado útil. En definitiva, poner en contexto la tasa de rebote es vital.
Los mejores consejos para mejorar este indicador
Hasta aquí hemos dado respuesta a las preguntas más habituales que surgen en torno a la tasa de rebote. Ahora es momento de repasar las mejores recomendaciones para reducir al máximo este valor.
Velocidad de carga
Una página web que carga rápido permite al usuario acceder antes al contenido. No olvides que quien espera desespera. Si alguien trata de leer el contenido de tu sitio, pero tarda demasiado en aparecer en pantalla, probablemente regresará a la página anterior.
Calidad del contenido
Ofrecer una alta calidad en el contenido es una buena manera de atrapar al usuario y redirigirlo a otras zonas de la web. Si lo que ofrece tu sitio no llama la atención o no resulta útil, es lógico que el usuario abandone la página rápidamente.
Incluye enlaces internos
Los enlaces internos son una ayuda efectiva para evitar el rebote. Unidos a un contenido de calidad, animan al usuario a visitar otros artículos o partes de la web que pueden resultarle interesantes.
Evita las ventajas emergentes
Las ventanas emergentes (o pop-ups) te permiten lanzar mensajes al visitante con distintos objetivos. Por ejemplos, son prácticas para invitarlos a suscribirse a una lista de correo o a descargar un recurso concreto. No obstante, el uso indiscriminado de estos elementos suele tener un efecto negativo que hace que el usuario salga huyendo.
El mejor alojamiento para reducir la tasa de rebote
La experiencia de usuario juega un papel fundamental a la hora de reducir al máximo el indicador del que te hemos hablado durante todo el artículo. En ese sentido, es prácticamente obligatorio proporcionar una carga veloz y eficaz del contenido. De lo contrario, es probable que los usuarios abandonen la web antes de que esta se muestre en pantalla.
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