Tipos de hosting y sus principales características

Tipos de hosting

A la hora de llevar un negocio a Internet, uno de los elementos clave es el hosting o el alojamiento web. Si bien es cierto que este servicio es posible establecerlo dentro de la empresa, con la instalación de servidores propios, en la mayoría de los casos lo más rentable y seguro es externalizarlo. Ante tal disyuntiva, es probable que surjan dudas sobre los tipos de hosting que son más adecuados para cada negocio. Pero, ¿realmente los conoces todos?

En este artículo te aclaramos varios conceptos importantes. Te explicamos, por un lado, qué es exactamente un alojamiento web. Asimismo, abordamos la cuestión troncal de esta publicación, a saber, qué tipos de hosting existen y cuál es mejor. Y, si te quedas con nosotros hasta el final, te desvelamos dónde puedes encontrar la mejor oferta para alojar tu web en Internet.

¿Qué es un hosting?

Un hosting no es otra cosa que un alojamiento web en el cual se almacenan los archivos de un sitio de Internet y otros ficheros. De esta manera, la información publicada en un portal es visible a todos los usuarios y es accesible gracias a un navegador. El hosting es un término en inglés que se deriva de la palabra en español anfitrión, aunque la mejor expresión en nuestro idioma es, precisamente, alojamiento web. Por el contrario, hosting es un término ampliamente utilizado y más que aceptado.

Un hosting funciona de manera parecida al almacenamiento en la nube, con el cual se guardan archivos en un servidor remoto. Como sucede con servicios como Google Drive, iCloud o Dropbox, cuando el usuario precisa espacio, lo adquiere gracias a una suscripción periódica. La principal diferencia entre una plataforma de archivos en la nube y un hosting es que el segundo está enfocada al desarrollo web y no a guardar archivos personales.

¿Por qué es importante contratar alguno de los tipos de hosting que hay en el mercado?

A pesar de la simpleza de las explicaciones anteriores, la relevancia que tienen estos servicios es muy alta. ¿Por qué?

En primer lugar, porque desarrollar las herramientas necesarias para alojar una página web es, en la mayoría de los casos, costoso en lo que a tiempo y dinero se refiere. ¿Una empresa puede crear su propio servidor y utilizarlo para publicar su web? Sí, es posible. ¿Merece la pena? Por lo general, lo más eficiente es alquilar espacio en Internet, o lo que es lo mismo, contratar un alojamiento web. De esta manera, los costes derivados del hardware y de la parte técnica corren a cargo de una empresa especializada.

Por otro lado, es necesario recordar que junto al hosting se proporcionan otros servicios cruciales para una empresa. Sin ir más lejos, lo normal es que se incluya un servidor de bases de datos, imprescindible para poner en marcha aplicaciones en la nube e instalar CMS. Adicionalmente, las empresas de alojamiento web proporcionan servidores de correo electrónico y permiten la creación de direcciones personalizadas. Y, estrechamente ligado a lo anterior, las compañías de hosting gestionan la contratación de dominios.

Ahora bien, no todos los tipos de hosting son iguales. ¿Quieres conocer las tres principales variantes? Continúa con nosotros para descubrirlo.

Los tipos de hosting que tienes a tu disposición

Las tres siguientes secciones de esta guía ponen sobre la mesa los principales tipos de hosting que existen en el mercado.

Hosting compartido

El hosting compartido es aquel que aloja diversos sitios web en un mismo servidor. Todos los clientes que han contratado este alojamiento web comparten los recursos de la máquina remota. De esta manera, un mismo conjunto de CPU, memoria RAM y ancho de banda se emplea para dar vida a varias páginas de diferentes clientes.

Su principal ventaja es que se trata de una modalidad más barata, que permite a la mayoría de las personas abrir un sitio web en Internet sin necesidad de efectuar una gran inversión. Por el contrario, su mayor inconveniente es que si falla el servidor, son diversos los proyectos que se vienen abajo. Además, el rendimiento en general suele ser peor.

Servidor dedicado

Un servidor dedicado es todo lo contrario a lo que hemos mencionado anteriormente. En ese caso, se emplea una máquina exclusivamente para el cliente. No se comparten sus recursos con ningún otro portal ni aplicación. De entre los tipos de hosting que hay en el mercado, este es el más caro, ya que se dedican recursos en exclusiva a cada proyecto. Como punto positivo, el rendimiento no se ve afectado por el tráfico de otras páginas, el alojamiento es más modular y es flexible para adaptarse a todo tipo de proyectos.

Servidor Privado Virtual (VPS), un híbrido entre los otros dos tipos de hosting

Llegamos a la modalidad que, bajo nuestro punto de vista, es más aconsejable. Un servidor privado virtual o VPS es un híbrido entre los dos tipos de hosting descritos en los apartados precedentes. Aunque se emplea un servidor compartido, sus recursos han sido divididos virtualmente para que el tráfico y los recursos de cada entorno no afecte al resto. 

En resumidas cuentas, aunque físicamente se trate de una única máquina en la que se alojan varios entornos, virtualmente estamos ante un servidor dedicado, puesto que una fracción de los recursos de la CPU, la memoria RAM y el almacenamiento se reservan para cada proyecto. Las ventajas son claras: ofrece un servidor virtualmente dedicado, aunque con un coste menor. Es un sistema ideal para clientes que no desean realizar una inversión muy alta, pero necesita buenas prestaciones.

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